lunes, 18 de diciembre de 2023

POEMA DE LA SEMANA DEL 18 AL 24 DE DICIEMBRE DE 2023

”Permitid, Señor”

Permitid, Señor
Permitid, Señor, un poco de lujuria en este mundo.
Permitid que el roce de los labios sea caliente levadura,
permitid que las pupilas de luto del deseo se hundan en el pozo de otros ojos,
permitid que la mano del osado amante palpe la sangre ajena estremecida.

Dejad hervir la entraña de los machos sobre la piel desnuda
dejad el juego de los adolescentes labios bucear en los senos de los lirios,
dejad las vírgenes con su secreto fuego ardiendo en piras escondidas,
dejad los muslos de los verdes tallos mezclarse en llamas de tacto, en apretadas lianas de caricias.

Que el rubor se desnude enteramente y la escultura
surja de tactos y torrentes,
que los zumos de los ojos exprimidos y de brazos,
manen de fuentes secretas y de labios.
Permitidlo, Señor, que ya sufrieron sus penas los humanos,
que ya, bastante, la carga duró sobre sus hombros.

Juan Bernier


El autor

Juan Bernier (La Carlota, 1911-Córdoba, 1989), miembro fundador del grupo Cántico de Córdoba, sin duda, uno de los referentes ineludibles en la poesía española de posguerra. Con esta edición de su poesía completa se salda una deuda pendiente con el poeta en el año de su centenario, aunque resulte inexcusable el largo tiempo en el que gran parte de la obra poética de Juan Bernier ha permanecido descatalogada, al margen de los circuitos comerciales, viéndose tan sólo reducida a ciertas antologías parciales y a un difícil acceso en bibliotecas. Además de artículos de crítica literaria o de sus ensayos y estudios sobre arte, historia y arqueología, el gran erudito Juan Bernier publicó los siguientes libros de poesía: Aquí en la tierra (1948), Una voz cualquiera (1959) y Poesía en seis tiempos (1977) –donde recogió un buen número de inéditos junto a los poemas publicados en revistas y en sus dos primeros libros–. Por último, terminará su producción con el libro En el pozo del yo (1982) y con algunos poemas sueltos en revistas. Esperamos que una suerte de «justicia poética» acompañe esta obra para que la personalísima lírica de nuestro autor –con la modernidad y la vigencia de los clásicos que la inspiraron– pueda llegar al lector de hoy sin dificultad, un lector activo que desprenda su espíritu vital y pagano, su mirada compasiva ante la insoportable levedad del ser humano: la injusticia e hipocresía social, la muerte, Dios o la angustia existencial del hombre ante el interrogante de sí mismo.