miércoles, 26 de octubre de 2022

POEMA DE LA SEMANA DEL 24 AL 30 DE OCTUBRE DE 2002.

Autorretrato

Considerad, muchachos,
esta lengua roída por el cáncer:
soy profesor en un liceo obscuro
he perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
hago cuarenta horas semanales).
¿Qué os parece mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué decís de esta nariz podrida
por la cal de la tiza degradante.

En materia de ojos, a tres metros
no reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? — Nada.
Me los he arruinado haciendo clases:
la mala luz, el sol,
la venenosa luna miserable.
Y todo para qué:
para ganar un pan imperdonable
duro como la cara del burgués
y con sabor y con olor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
si nos dan una muerte de animales!

Por el exceso de trabajo, a veces
veo formas extrañas en el aire,
oigo carreras locas,
risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
y estas mejillas blancas de cadáver,
estos escasos pelos que me quedan,
¡estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
joven, lleno de bellos ideales,
soñé fundiendo el cobre
y limando las caras del diamante:
aquí me tienen hoy
detrás de este mesón inconfortable
embrutecido por el sonsonete
de las quinientas horas semanales.

Nicanor Parra, Poemas y antipoemas.



AUTOR: Nicanor Parra Sandoval fue un poeta, ensayista y narrador chileno nacido en San Fabián de Alico el 5 de septiembre de 1914, conocido sobre todo por crear la antipoesía: una expresión lírica que pretende romper con los principios tradicionales de la poesía. No es el único artista célebre de su familia, siendo también muy conocidos sus hermanos Roberto, Violeta y Eduardo.

Nicanor estudió en el Liceo de Chillán y se licenció en Matemáticas en la Universidad de Chile. En 1938, estando en el Liceo de Chillán huyó de casa y pudo terminar sus estudios secundarios en el Internado Nacional Barros Arana, gracias a una beca. La obtención de otras becas le permitieron ampliar sus conocimientos en Estados Unidos y en el Reino Unido, años que son fundamentales para la gestación de su visión poética.

Mientras estudiaba publicó su primer "anticuento", Gato en el camino, en una revista que él mismo había fundado. Su primer poemario, Cancionero sin nombre, tenía reminiscencias de García Lorca, y con el segundo, Poemas y antipoemas, quedó ya patente su animadversión hacia la poesía tradicional y sus reglas.

Aparte de su labor literaria obtuvo varias menciones y premios por su trabajo como matemático y físico. Como escritor recibió el Premio Nacional de Literatura chileno en 1969, el premio Juan Rulfo en 1991, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana de 2001 y, en el mismo año, se le concedió el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras hispanas, como reconocimiento a toda su carrera.