miércoles, 27 de octubre de 2021

POEMA DE LA SEMANA DEL 25 AL 31 DE OCTUBRE.


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Não quero rosas, desde que haja rosas.

Quero-as só quando não as possa haver.

Que hei-de fazer das coisas

Que qualquer mão pode colher?

Não quero a noite senão quando a aurora

A fez em ouro e azul se diluir.

O que a minha alma ignora

É isso que quero possuir.

Para quê?... Se o soubesse, não faria

Versos para dizer que inda o não sei.

Tenho a alma pobre e fria...

Ah, com que esmola a aquecerei?...

 

No quiero rosas mientras haya rosas.

Las quiero cuando no las pueda haber.

¿Qué he de hacer con las cosas

que puede cualquier mano coger?

Sólo quiero la noche si la aurora

la diluye en azul y rosicler.

Lo que mi alma ignora

es lo que quiero poseer.

¿Para qué ?... De saberlo, nunca haría

versos para decir que no lo sé.

Siento a mi alma pobre y fría...

¿Con qué limosna la calentaré?

(7-1-1935)

Fernando Pessoa

Traducción de Ángel Crespo


Datos del autor.

Fernando Antonio Nogueira Pessoa nació en Lisboa el 13 de junio de 1888 y murió en la misma ciudad el 30 de noviembre de 1935.

Vivió en Durban, Africa del Sur, de 1896 a 1905. Educado en colegios de habla inglesa, escribió sus primeros poemas en éste idioma.

Entre 1913 y 1914 empieza a escribir sus primeros poemas en portugués. Su obra es profundamente innovadora de la literatura portuguesa y se desdobló en tres estilos literarios: uno espontáneo y expresivo, otro dedicado a la perfección semántica y léxica y, el tercero, inclinado a la estética.

Es uno de los escritores portugueses más reconocidos de la historia y una figura a destacar en la literatura europea del siglo XX.

Hay en su obra un equilibrio extraordinario entre emociones y razón, como en el poema que hemos elegido. 

Gracias otra vez a José Ángel Delgado por su maravillosa recomendación.

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¿Puede ser la poesía, el arte de escribir, el consuelo de lo imposible? Así lo entiende Pessoa. La escritura como forma de escapar a la imposibilidad del deseo. Podríamos preguntarnos si acaso son nuestros deseos  los imposibles y la solución a la angustia no es más que poner los ojos en la realidad.